Forma parte de la categoría de lo que los franceses llamanlove shops, un tipo de tiendas que apereció a principios de los años 2000 como una alternativa a los tradicionales sex shops, dirigiéndose a un público de parejas o incluso de mujeres.
Venden objetos eróticos, como el famoso pato vibrador, juegos para adultos y ropa íntima, en locales de diseño.
Dos asociaciones católicas decidieron poner una demanda en su contra, ya que se encuentra a pocos metros de una escuela primaria y de un colegio.
La tienda de la calle Saint-Martin no parecía importarle a nadie hasta principios de 2011, cuando las asociaciones católicas "CLER Amour et Famille" y la "Confédération nationale des associations familiales catholiques" se fijaron en ella.
Las dos asociaciones interpusieron una demanda en su contra y le reclamaron a su dueño, Nicolás Busnel, una indemnización por daños y perjuicios, amparadas en una ley para la protección de los niños que se remonta a 2007, la que prohíbe la venta de todo tipo de objeto pornográfico a menos de 200 metros de cualquier tipo de escuela.
Desde 1969 está ubicado a 90 metros de la escuela primaria y del colegio católicos Saint-Merri, situadas en una calle perpendicular a la del love shop.
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