Una persona con un IMC de 30 o más se considera obesa.
Agregaron los expertos en un comunicado. Por otro lado, un estilo de vida sedentario marcado por el hecho de ver televisión cuatro horas al día aumenta la influencia de los genes sobre el tamaño de la cintura y hace subir 50% el índice de masa corporal (peso dividido por altura al cuadrado)”
Según los autores del estudio, el norteamericano promedio ve la televisión de cuatro a seis horas al día.
En el estudio participaron 7.740 mujeres y 4.564 hombres. Los investigadores recolectaron datos sobre la actividad física de los participantes y las horas dedicadas a ver televisión durante dos años antes de evaluar el índice de masa corporal.
El efecto de la predisposición genética a la obesidad fue calculado en base a 32 variaciones genéticas que se considera influyen en el aumento de peso.
Cada una de estas variantes genéticas que predisponen a la obesidad pueden aumentar el índice de masa corporal 0,13 kg/m2, según los investigadores, entre ellos Qibin Qi, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard en Boston (Massachusetts, noreste).
Sin embargo, este efecto puede reducirse en los individuos que realizan más actividad física en comparación con los que se mueven menos a 0,15 kg/m2 y 0,08 kg/m2 de pérdida respectivamente.
Del mismo modo, el efecto genético del sedentarismo sobre el IMC fue más pronunciado entre los participantes que pasaron 40 horas por semana viendo televisión en comparación con quienes le dedican una hora o menos. Los primeros aumentaron 0,34 kg/m2 de IMC contra 0,08 kg/m2 para los segundos.
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